jueves, 8 de mayo de 2008

Eterno Recuerdo


¿Se puede dormir el recuerdo? ¿Hay algún momento en que se pone el gorrito que cuelga y se mete en una cama de neuronas? ¿Dónde está el recuerdo? Digo, porque según los psiquiatras el cerebro tiene distintas zonas. Lo que sí es fácil de descifrar (con ésto no digo que sea cierto) es que el recuerdo, se relaciona directamente con el goce. Goce malo o bueno, goce al fin. El mejor ejemplo es una de las películas más reales y humanas contadas de la manera más fantástica y surrealistas: "Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos". No voy a hablar de la peli porque la última vez que la vi (la tercera) fue entre agosto y septiembre del pasado año y cada vez que la veo le encuentro tantos otros sentidos, significados, materializaciones, significantes. Merecería una nueva velada de DVD. De hecho el año pasado encuadré la historia, que no recordaba tan detalladamente, alrededor de ciertas premisas y coyunturas. Este año, fue otro el marco. Y ahí están las preguntas: ¿Desde dónde recordamos lo que recordamos? ¿Es el recuerdo un hecho o el recuerdo es una reconstrucción que hacemos de los hechos a medida de que vamos experimentado cosas a partir de esa situación vivida o de lo que, paradójicamente, vamos olvidando de él?
Hay una metáfora en "Eterno Resplandor..." que me remite perfectamente a ésto que ahora intento preguntar (porque honestamente no sé si se puede responder): Cuando el personaje de Jim Carrey intenta correr del barrido de sus recuerdos, e intenta esconderse a él y al personaje de Kate Winslet en las emociones más ocultas de su memoria. Esos recuerdos a los que no quiere recurrir. Pero esos recuerdos están ¿Qué nos hace recurrir a ellos? ¿Por qué volver? ¿Es, acaso, que nuestro presente no nos basta? No, no es eso. Es que aprendemos de los recuerdos y entendemos nuestro presente y lo que queremos de él por oposición o por igualación a esos momentos que nos han marcado. Estaría bueno poder decir que uno avanza después de esas situaciones y que ya no existe la comparación. Eso no sería cierto. Por lo menos no si creemos en el aprendizaje. No podemos probar nada "nuevo" si no hubo algo viejo que sea opuesto a eso nuevo. Y no podemos decir que esto sí es hermoso, si no hubo algo que no lo fue. O tal vez, hasta podemos saber que algo es hermoso porque eso otro también lo fue, aunque de manera distinta. Pero es la memoria. Siempre la memoria. No hablo de las prácticas, ahí no hay memoria, ahí hay disposición. Pero sí hablo de la historia. Hablo de los sentimientos. De nuestra mente y cuerpo procesando esas disposiciones y trayéndolas a nuestro presente como desglozándolas y haciéndolas racionales: el recuerdo.
Y por eso, a veces, pensamos que algo no nos movilizó tanto. Que estuvo bueno, que fue sólo por ese día, o noche. Y de pronto, un buen día, dejó de esconderse en esas emociones que lo tapaban y brotó de nuevo. Algunos empiezan a hablar más de ello como pidiéndole a los gritos que no se vaya (o hasta también, que por favor, vuelva). Pero, ¿vuelve el recuerdo o vuelve el hecho? porque lo que ese recuerdo fue en ese momento es recuerdo, hoy no sería recuerdo... Su contexto es otro y ahí, sí o sí, comenzaríamos a comparar y a tomar nuevas decisiones. Y como es difícil afrontar esas nuevas decisiones, lo escondemos, lo mandamos a dormir. Sin embargo, no se puede, no se puede contra el goce, porque el goce es lo que se nos quitó y sin embargo queda remanente. Queda latente, pidiendo por más: lo pendiente: ¿Qué hubiese pasado? ¿Qué puede pasar?: "What If?". El riesgo, siempre tomar el riesgo. La nostalgia es el sentimiento más contradictorio y romántico que existe: el recuerdo queriendo arriesgarse por dejar de serlo. Traer ese pasado al hoy y regocijarnos de nuevo, en lo viejo, que tanto "hoy" nos causa.

"Cada paso que das/puede ser tu error más grande/puede sanar o romperse/ese es el riesgo que tomás" - "What If?" Coldplay

6 comentarios:

La niña santa dijo...

me encantó el desarrollo de un tema que de tan común, pasa completamente inadvertido. Pero que acarrea "detrás" de él (el recuerdo) la activación de muchísima historia y experiencia personal de quien evoca. Yo estoy recordando cosas y "decidiendo" arriesgarme a tratar de que ese recuerdo (un poquito de ese recuerda) pueda vivir de nuevo en mi presente, pero desde otra perspectiva porque yo ya no soy la del recuerdo. El riesgo no está en tirarse a la pileta y nada más, el riesgo está en que se desarme el recuerdo. Porque antes que nada, un recuerdo es la idealización de una situación y al estar en el pasado, siempre va a ser perfecto/imperfecto (en política esto es muy evidente) Como cuando al final de la peli Carrey y Winslet se avivan de todo lo que pasó y deciden vivirlo de nuevo. Porque sí, porque está bueno.

Mer Antoinette dijo...
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Mer Antoinette dijo...

La idealización. Completamente. Hay una peli muy linda animada que se llama Perséfolis. Hay una situación en la que la protagonista está hiper enamorada de un francés re bonito y copado. Después lo descubre en la cama con otra y empieza a recordarlo como un tipo feo y asqueroso. Yo creo que eso es lo que quise expresar en mi escrito de hoy. De todas maneras yo creo que uno no deja de ser uno nunca. Que el recuerdo no es más que una mediación. Pero todo tiene una materialidad y una posibilidad de ser lo que uno "quiere" (aunque en realidad hacemos lo que podemos). Uno tiene que conocer sus límites y tirarse a esa pileta. Pero no vacía, justamente, al conocer los límites de las posibilidades esa pileta, se llena.

fedefer dijo...

Mer, este post justifica de forma brillante el nombre del blog, además de que tocaste un tema tan complejo que cada pregunta que te hacés daría para horas y horas de conversación filosófica.
Como bien sugerís con el ejemplo de Perséfolis, creo que el recuerdo en sí, digamos "la imagen que nos quedó" es neutra; el valor se lo damos siempre según desde dónde recordamos. Una misma experiencia que vivimos puede ser recordada como algo lindo, doloroso, trivial, perturbador, ilusorio, etc. Depende siempre del ánimo con el que volvamos a ella.
Pero el recuerdo tiene una particularidad: es fragmentado, nunca recordamos películas sino fotografías. Y nunca es una decisión nuestra lo que se nos queda grabado y lo que se nos va. ¿Por qué nos queda lo que nos queda? Ahí es cuando el recuerdo parecería hablar por sí mismo; pareciera decir "si estó te quedó es porque, no importa el valor que le des ahora o después, marcó tu historia".
Y esos recuerdos duran para siempre - salvo que nos agarren esas enfermedades de viejo -, y eso no está mal. Estoy de acuerdo que con que, básicamente, uno aprende recordando.
Para mí estamos fritos cuando queremos "volver" a un recuerdo. No existe tal posibilidad como "volver" al recuerdo. Tampoco puede el recuerdo mismo "volver" al presente: el recuerdo ES presente, siempre. ¿Qué es recordar sino evocar el pasado en nuestro presente? ¿Como "vuelve" un recuerdo que ya está acá en primer lugar?
Por eso la premisa de "traer ese pasado al hoy y regocijarnos de nuevo, en lo viejo, que tanto "hoy" nos causa" no puede aspirar a más que simplemente evocar un recuerdo que nos hace bien; volver a vivirlo tal cual, como bien sugiere Niña Santa, es imposible.
Plantar bandera en un recuerdo, idealizarlo como el paradigma de un goce que queremos recuperar, es justamente lo que nos impide ver lo nuevo, que siempre ofrece otros goces diferentes. Nunca nada vuelve a ser igual a un momento vivido. La nostalgia está bien para escribir canciones o poesías, pero no conduce a nada vivir de ella, concentrando energías en volver a cosas que no solo son pasadas, sino relativas. Se puede modelar a partir de lo que nos pasó algo más o menos deseable, eso seguro, pero ese modelo siempre tendrá algo abierto a lo que no conocemos. Si no, terminamos viendo en todo lo que nos pasa la falta de "eso" en vez de la presencia de "esto". Y sí, estamos fritos ahí.
Y una cosa más con respecto a lo que decís del "What If?". Cada lenguaje tiene alguna palabra única, de esas que no podemos traducir al nuestro. El italiano tiene una palabra especial: "rimpianto". No tiene equivalencias en el castellano (aunque supongo que el "regret" inglés dice lo mismo). Es el arrepentimiento, no de algo hecho, sino de lo que se pudo haber hecho y no se hizo. Todos cargamos con instancias en las que dejamos pasar alguna opción, y lo curioso es que ese no-recuerdo, ese hueco, ese vacío, ese "qué habría sido si" nos marca y nos acompaña tanto como los recuerdos de lo que sí vivimos.
Pero la vida sigue, y las opciones siguen apareciendo. Hay que animarse a vivir lo que nos pasa ahora; los recuerdos, lo que fue y lo que pudo haber sido no son más que los fósiles de nuestra historia. Relevantes para entender cómo somos hoy, sí, pero tarde o temprano, terminan en el museo de nuestra mente, mientras allá afuera las cosas siguen pasando.

Un abrazo a las dos..

Mer Antoinette dijo...

Fede: realmente no es mi post lo que justifica el nombre del blog sino que vos hayas hecho un comentario con tantas ideas. Eso es lo que quería que sucediera. Y me da penita que muchos de mis amigos que leen no me comentan, pero por lo menos leen mis ideas. Sin embargo, es ésto lo que pretendo. Muchas gracias, seré siempre una nostálgica... o tal vez Oh! Melancolía.

Mer Antoinette dijo...
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