Poder volver a confiar y caer en paz. Poder darse el lujo de dar un paso en falso sobre el aire estando seguros de que, de ese pequeño desliz, se desencadena una gran caída pero que sólo dejará la huella de la pisada que no fue y que tendría que haber sido sobre suelo duro.
Dejar que las conversaciones fluyan sin miedo a decir lo incorrecto. Sentir que lo "incorrecto"está siempre entre comillas. Y una vez más, volver a ser quien era, completamente, y feliz en mi paquete con un moño color verde.
Lo trascendental del mal
Hace 11 años
1 comentario:
No te comenté pero te ayudé con tus trámites académicos.
Acaso eso no cuenta??
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