miércoles, 4 de abril de 2012

Puesto 2: Pink Floyd

Nunca pude comprender por qué tildan a Pink Floyd de música deprimente. Yo diría que la banda que han liderado Syd Barret, luego Roger Waters y luego David Gilmour es una banda que sabe musicalizar las emociones del ser humano. Negar que a veces estamos tristes, que a veces nos iluminamos, que a veces queremos matarnos, que a veces sufrimos, a veces amamos, equivale a decir que: "la música que hace Pink Floyd es deprimente"... Así con el tono del "eee loco, papá". Que no sea fácil de digerir, que no es música que uno escuche en cualquier momento, es otra cosa (por algo existe la categoría musical easy listening, de fácil escucha). La música no nos deprime, somos nosotros los que estamos en cierta situación en nuestra vida por la que optamos no ver ciertas películas o, bien, no escuchar cierta música. Lo que mueve una película o ciertas canciones en nuestra vida, no es lo mismo que le genera al otro, por lo que, en sí, no es el producto cultural el que envía un mensaje unánime, sino, que hay algo en nosotros que hace que decodifiquemos cierto sentido.

Dicho esto, vuelvo a decir que Pink Floyd es la banda que más supo comprender las penurias del ser humano. Desde la mano de Syd Barret, quien no pudo manejar sus propias angustias y terminó muriendo de locura.
Luego de su muerte la banda, ya con Waters a la cabeza, lanzó Wish You Where Here que explora la ausencia, la industria musical y los problemas mentales del fallecido miembro de la banda. La canción Shine On You Crazy Diamond es su principal homenaje. A su vez, El lado oscuro de la luna, la mejor obra musical jamás escrita y ejecutado según el criterio de esta bloggera, es el resultado de lo que aquel artista generó en la vida de sus compañeros de banda. Sobretodo, en la vida de Roger Waters.
En el disco de 1968 a Saurceful of Secrets se encuentra el tema Set the Controls for the Heart of the Sun, el único tema en el que se pueden escuchar fragmentos de guitarra de Barret junto a Gilmour.
El disco The Wall, mayormente producto de la historia e ideología de Waters, es un antes y un después en la concepción de un disco de rock, sobretodo por la película dirigida por Alan Parker que retrataba perfectamente las imágenes que detonaban las melodías del disco.
La temática central del disco es la del proceso por el cual su personaje principal, Pink, queda sumido en el abandono y el aislamiento. Cada uno de los factores que hacen a esta situación, son los ladrillos de la pared. Recurriendo a críticas políticas, sociales y culturales, la postura de Waters en relación a estos aspectos quedó para siempre reflejada.
Una vez que Roger dejara la banda, Gilmour, Mason y Wright siguieron difundiendo la genial obra de la banda, aunque los discos posteriores no fueron tan representativos. Sus shows en vivo siguen siendo unos de los mejores espectáculos audiovisuales que una banda de rock pueda dar.
En 2005 se juntaron en el marco de los shows del LIVE 8 y luego en julio de 2010 Gilmour y Waters se juntaron ante 200 espectadores nuevamente. Pero todos sabemos que la reunión es sólo una fantasía. Principalmente porque Richard Wright falleció en 2008. Y por otro lado, los procesos que los seres humanos hacen y que tan bien musicalizó Pink Floyd parecieran haber cerrado toda posibilidad de unión.
Mientras los recordamos así.

Shine On You Crazy Diamond. Elegí esta hermosa versión de un show de Gilmour solista.


The Great Gig In The Sky - Venecia 1989. Después de ver esto, mi vida no fue igual

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