Me quedó una mañía: cuando escucho ruidos, ya sean fuertes o pequeños rasquidos de un polvo cayendo por la pared, hago melodías en mi cabeza... El que haya visto "Dancer in the Dark", la película de Lars Von Trier del año 2001 protagonizada por el hada de los hielos, la islandesa Björk, entenderá a lo que me refiero.
Björk entró a mi vida cuando yo tenía 11 años, eso significa dos cosas: primero, a los 11 años estaba escuchando música no muy común para un niño de esa edad... pero bueno, puede pasar. Pero segundo, me regocijo en placer, en saber que realmente, en el año 93 no existían ni los mp3, ni la Internet con el intercambio masivo, ni la rotación de novedades musicales que hay ahora y yo, por ver su cara en una nominación de los premios de MTV, me enamoré de su unicidad. Y una mina con rasgos "orientales" (nórdicos y esquimales, señores) para todos, era una rara. Por lo que yo era una rara. RARA... Sé de chicos que ya en el año 2000 aproximadamente, fines de los 90 empezaron a escucharla... pero yo, a principios de los noventas, casi en simultáneo con el lanzamiento de su primer disco. Y discúlpenme la falta de objetividad de este apartado, pero realmente, el haber acudido a la cita de ayer con la "china" por segunda vez en 9 años, me llena de soberbia y de placer. (NO LO TOMEN LITERAL)
La primera vez que escuché Debut (su primer disco solista después de los Sugarcubes, única banda masiva de Islandia hasta ese momento) quedé prendidísima a esa voz. Esa mezcla de gritos con flauta, una dulzura radical (de raíz) y desconsolada. Yo sólo tenía 11 años, y la pude entender lo más bien. Así vinieron sus discos subsiguentes, Post, Telegram (remixes de Post) y Homogenic. Hasta ese momento, mi edad, me permitía sentarme a leer las letras, aprenderlas, seguir las melodías y Bjorkizarme felizmente. Luego vino Selma Songs, de la película ya nombrada, y ahí sí que no la pude seguir tanto... Pero Biji (así le digo yo) volvió con Vespertine casi al mismo tiempo que largaba la banda de sonido de aquella desgarradora y valiosa interpretación que le valió los premios de el Festival de Cannes a mejor actriz y una nominación al Oscar. Pero claro señores, Biji no está para esas cosas: bastó que se ponga el vestido del cisne que representaba el logo de su último disco para que las lenguas insensatas y filosas del mercado del entretenimiento la tratara otra vez de rara, de loca, ahora que se instalaba más en la opinión pública, a esa altura, GLOBAL. Vespertine marcó mi manera de concebir la música desde la lírica a la composición de la melodicidad y cómo estos factores afectan a este producto, o sea, mi persona.
Björk ¿era rara? ¿No les bastaba eso? En el 2004 lanza Medulla, un disco sobre la Voz. No es un disco a Capella, sino que intenta refugiar a los sonidos vocales dentro de los esquemas generados por los intrumentos. Y ahora, este año, nos trae Volta, que nos la trae a ella, un' altra volta, a Buenos Aires. Esta vez sí existe el mp3 y todo eso, y justamente es cuando menos pude "sentarme" a disfrutar de un disco de ella... ay las presiones de las tecnologías.
Cambió el repertorio en sus dos presentaciones. Según lo que he escuchado, el 4/11 el show abrió con "The Anchor Song" de Debut, en alegoría a su situación habitacional actual: vive en un barco. Hizo un repaso por Volta, pero no tocó los temas más claves de Vespertine o de Homogenic. Se volcó más a Post.
Y yo quedé plasmada ante su entrega de Pagan Poetry, del disco más personal de Björk, (o tal vez más subjetivo entendiéndolo como la aparición de la sexualidad en la mujer) y su alegría con Wonderlust.
Bueno, no puedo ser más ordenada y relativa (de relato) en esta nota, ya que empezar a relatar supone omitir la historia. Y Björk forma parte de mi vida hace ya 15 años. La misma que yo de la de ella. Pero en la noche de ayer, 7/11 desde que empezó con Earth Intruders hasta la explosión de los últimos 5 temas al mejor estilo Rave, Björk nos regaló su más preciado encanto: su música y nada más.
Lo trascendental del mal
Hace 11 años
1 comentario:
Perraaaa!!!! Numb Numb Numb Voy a hacer de cuenta que nada de eso pasó, que ella no estuvo anoche en Buenos Aires y que vos te fuiste a dormir temprano. Perra muchas veces perra! Más allá de no haber estado ahí, me encató "haber estado" a través de tu relato que, dejame decirte, es mucho más ordenado de lo que creés (lo digo por tu comentario final) y me pone feliz y contenta poder seguirte en el laberinto de ideas. Perra! NUMB!
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