Hay un aire evidente en la sociedad, por lo menos porteña. La vuelta de los dichos y prácticas gorilas. No pensemos en esta declaración como un planteo previo a una hipótesis pro peronismo, si no analicemos el porqué al antiperonismo.
Así como lo que pasa con el prejuicio a los judíos (el antisemitismo), el peronismo se ha instalado nuevamente como en la década del 50, en un concepto rodeado de prejuicios sobre lo que es ser peronista y lo que hacen los dirigentes peronistas. El judío es avaro, es oscuro, es mistirioso, es tramposo, engañoso... Adjetivos que, en su calificación negativa, podrían ser análogos a los que se le adjudica al Peronismo, clientelista, autoritario, dictador...
Pero creo que hay que hacer una evaluación muy fuerte a partir de lo sucedido en estas últimas elecciones. A nivel ciudad, con la victoria de Macri como Jefe de Gobierno y de Carrió en esta última elección a presidente; y a nivel Nación: como va avanzando el peronismo y como arrasa en las elecciones, o también la situación de los radicales por qué no.
Lo que propongo con este humilde aporte no es decir ninguna verdad. Sólo que reflexionemos. Porque al fin y al cabo, estamos en democracia (por lo menos sistemáticamente, por lo menos hay un estado "democroide", permitanme la licencia, en esta nación), y como tal, este sistema promulga que acatemos a lo que sale como resultado de la votación y como parte de la Democracia, debemos comprometernos a entender y atender esta realidad en la que nos sumergimos (o que nos baña).
El Peronismo no es exactamente ese de Alberto Rodríguez Saá (ver CQC del 30/10) en donde sus mismos votantes parecen tener algún tipo de trastorno y seguían sosteniendo que entraban al ballotagge cuando no tenían ni el 10% de los votos. El nivel de violencia que los cronistas de CQC vivieron en ese búnker sólo es comparabale con los ataques que recibieron de parte de Aldo Ricco y de los guarda espladas de Carlos Saúl Menem. Y no dejo de sorprenderme del grado de lejanía con la realidad que demostraban los allí presentes.
Por otro lado, quiero referirme al desplante que hizo Mauricio Macri a sus representantes en estas elecciones: De Narváez - Macri y el candidato a la presidencia por Recrear - Pro, Ricardo López Murphy. La poca pasta de líder político que significó esto, debería darnos que pensar a todos los porteños ahora que Mauricio es nuestro Jefe de Gobierno y va a tener que enfrentarse a la oposición y a los gremios, con una Peronista en la Presidencia.
Cristina es la Presidenta. Esto no puede dejar de ser un punto a visualizar: una mujer llega a la presidencia por primera vez en la histroria de nuestro país. Una presidenta es electa por el pueblo por primera vez. Y eso es a lo que me refiero con analizar qué es lo que pasó en las urnas el pasado domingo. Ya que no es menor que esto se dé en un país en donde la legalización del aborto sea constantemente frenada, porque este debate, en realidad está apuntando a otra cuestión de base, una cuestión ideológica que es qué concepción de la mujer, y del cuerpo de la mujer, tiene esta sociedad. Y ahora, esa mujer, está en la presidencia, es la Jefa de Estado y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Si nuestra concepción sobre la mujer pone en duda hasta el cuidado de su propio cuerpo: ¿no les parece que es demasiado avance que ahora sea LA MUJER la que se queda a cargo? Me parece que es parte de la evolución de una sociedad hacer una revisión de su historia, especialmente desde el Estado y de los Gobiernos para bajarlo a la sociedad civil, que también debe formar parte de esa revisión, y revertir concepciones ideológicas. No sirve hablar de mejorar la seguridad, la educación, la salud, si no descomponemos qué es lo que estos significantes significan y lo que significan, no es ni más ni menos a lo que nosotros queremos hacerlos referir...
Lo trascendental del mal
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