Las armonías en el mundo de la música son clave. La perfección de una canción puede llegar a depender en un 90%, para el criterio de esta blogger, en la calidad de los arreglos vocales. Por eso, temas como Because de los Beatles, ha conmocionado a altos niveles de tolerancia los nervios capilares que recorren mis bracitos.
Sin embargo, otras de las bandas que se han encargado de este tipo de emotividad en mí y en miles de generaciones (más de las que se pueden imaginar) son los Bee Gees.
Muchos han relacionado a estos tres hermanitos con falsestes insoportables, porque es cierto, Barry (el mayor) se ha encargado de dejar como sello de sus últimas décadas dicho recurso vocal. Sin embargo, son tanto más que eso.
Y Robin, quien hoy, 20 de mayo falleció con sólo 62 años por un cáncer que lo perseguió y lo persiguió durante un año, fue parte de ello. Robin muere de la misma enfermedad que su mellizo Maurice hace 9 años. Si quieren llámenlo casualidad. A mí, me cuesta mucho otorgarle una categoría de tan poca importancia a ciertas cosas.
El sonido de Bee Gees en sus comienzos se relacionaba más con el folk/pop. En ese estilo han producido bellezas como Massachussets, To Love Somebdoy, How Can You Mend A Broken Heart, I Started A Joke (El Tema de Robin) y veintenas más. Luego, con la revolución musical de los 70's los hermanitos Gibb prefierieron rotar hacia lo más comercial y claro, cambiaron la música disco. Adueñándose de arreglos típicos de la música funk basada en los bajos y las bases rítmicas bien marcadas, lanzan la banda de sonido de Saturday Night Fever y nadie salía el fin de semana sin caminar al ritmo de Staying Alive. Con un excelente gusto, con armonías perfectas. Nos guste o no, se adueñaron de eso y marcaron la cultura disco casi como nadie junto a Donna Summer, por más de que grandes bandas del funk y soul como Earth, Wind & Fire o Kool & The Gang hicieran lo suyo también.
Por eso me pone triste la partida de Robin. Porque fue parte de un fragmento de la historia que muchos desacreditan pero que es indiscutiblemente revolucionaria en la música. Sin Disco no hay ni electrónica ni R&B. Y los arreglos en las canciones de los Bee Gees, siguen siendo referentes de afinación, sutileza y sentimiento.
Así...
Robin en su máximo exponente.
La bellísima How Deep Is Yor Love.
Ayer fue un día histórico. Para nuestro país, para el mundo, para la democracia. Se dio uno de los pasos más importantes que se puede dar dentro de un sistema que excluye a las minorías y a los que viven (o intentan morir) de una manera distinta. En la Argentina, ayer, se hicieron ley los proyectos de identidad de género y muerte digna.
En concreto: una vez que el Ejecutivo promulgue ambas leyes, todos los argentinos tendrán derecho a elegir su identidad en relación a su género y todo argentino que sufra enfermedades terminales o esté en estado vegetativo podrá optar por evitar el "encarnizamiento terapéutico" que prolonga la vida aún cuando no haya expectativas de mejoras en la salud.
La sanción de estas leyes, está logrando que los seres humanos que habitamos esta tierra tomemos las riendas verdaderamente de dos de los grandes aspectos que definen la vida: quiénes somos y cómo morimos, porque, aunque suene trillado, la muerte es parte de la vida. No se puede pensar una sin la otra.
Desde el punto de vista filosófico e ideológico es tanto lo que se puede hablar, debatir, combatir. Sin embargo yo prefiero quedarme con esta idea: este aporte jurídico alimenta a la democracia de una forma en la que pocas cosas lo pueden hacer en cuanto a derechos individuales, desde ya.
He repetido en distintos posts la necesidad de sancionar una ley que regule la situación de los abortos practicados en el país y muchísimas leyes que trabajen en relación a los cuidados del medio ambiente y todos sus habitantes humanos y no humanos.
La ley del matrimonio igualitario, la ley de medios, la asignación universal por hijo; todos ellos son enormes pasos hacia avances impensados hace 10 años atrás por esta bloggera y me animo a decir, por muchos compatriotas.
Sin embargo aquí estamos. En un país en donde un chico menor de 18 años podrá optar por su género, más allá de la oposición de sus padres. Donde cualquier persona mayor de 18 años podrá hacerlo sin ningún tipo de traba judicial. Un país en donde las obras sociales y prepagas deberán cubrir tratamientos hormonales y realizar las cirugías de cambio de genitales (yo no considero desde mi ideología que el sexo y el género sean dos líneas paralelas) y los médicos que asistan a los pacientes a dejar sus tratamientos no serán penados por la ley. Donde la vida y la muerte se hermanan en su dignidad y no se dividen dejando al fin de nuestras vidas como un espacio marginado y estéril.
Felicito y me honran todos los senadores y diputados que han hecho esto posible. Todos. Esto no fue una cuestión del Gobierno. Esto fue un resultado de una sociedad que ha estado aprendiendo de su propia capacidad de realización y superación.
Perdón por el optimismo y entusiasmo, pero felicito a la Argentina.
Si se guían por el título de este post, mucha gente no tendrá ni idea sobre lo que se habla. Si digo MCA, tal vez se orienten un poco: suena a rapero o DJ. Exactamente, Adam Nathaniel Yauch fue un rapero, Dj, director de cine y budista clave en la historia del desarrollo de la cultura pop/rock de los 90. Adam fue un Beastie Boy, que a partir de ayer, entró al mundo de los pretéritos. Falleció ayer luego de luchar contra el cáncer de glándulas salivales.
MCA fue uno de los tres integrantes de una de las bandas pioneras del hip hop: los grandiosos y originales Beastie Boys.
Entre la centena de recitales internacionales que fui a ver tuve el honor de caer en el BUE de 2006(evento que ya no se realiza más). Allí se presentaba el grupo y la histórica Pattie Smith. Me gané las entradas por mi servicio de proveedor de Internet. Tuve el enorme honor de verlos a ambos. Hasta el día anterior había estado altamente enferma, pero por suerte, y hoy lo agradezco más que nunca, tuve la posibilidad de salir de casa y asistir a tan único evento.
Ni Pattie ni los BB volvieron después de ese concierto a Buenos Aires. Ambos shows fueron intensos, cada uno con su aporte. Pattie con su carga histórica del punk, su intensidad poética. Los Beastie hicieron lo suyo. Rompieron todo. Simplemente los tres integrantes con un DJ. Siendo una amante del hip hop desde hace más de una década, fue el único grupo de rap que pude ver en vivo y desterró todos los argumentos de los defractores del género. Hubo autenticidad, hubo actitud rock, hubo calidad musical y Adam Yauch era una pieza clave para ello. Era el que más se dedicaba a perfeccionar los sonidos en la banda. Así que no hay duda de que es una gran pérdida. No sólo porque ya no habrá más Beastie Boys (aunque hace un tiempo que él había dejado la banda) sino porque a partir de su muerte, todas las necrológicas que escuché en la radio no eran tanto sobre él como persona, sino sobre él como parte de un grupo. Y eso está perfecto: para el lamento personal están sus familiares y amigos. Para nosotros se va un Beastie y con eso, la posibilidad de seguir rapeando como si fuera rock.
Sabotage, uno de los mejores temas de los 90's y uno de los mejores videos de la historia.
Intergalactic del disco homónimo.