domingo, 24 de mayo de 2009

Proyect Madonna



Antes de hacer las conclusiones, linkeo el repaso que hice del último disco de Madonna, Hard Candy (hacer click aquí)cuando fue el lanzamiento del mismo allá por fines de abril de 2008.

Dicho esto, prosigo con las conclusiones que me deja este repaso -más que fructífero (a veces hasta demasiado extenso)- por la discografía/carrera/producción audiovisual de Madonna Louise Veronica Ciccone.
Cuando empecé con este análisis hice una comparación, salvando las enormes distancias, entre la carrera de esta mujer y Los Beatles. Creo que queda más que claro que con ello me refería a que así como los Beatles al comenzar tuvieron su primera etapa más naif y para su público, Madonna también la tuvo. En el caso de los cuatro ingleses, fue Rubber Soul el disco que los direccionó hacia otras temáticas en las letras de sus canciones y la indagación de nuevos sonidos. Los presentaba mucho más maduros e integrando sus experiencias de la vida en sus canciones. Así lo hacía Madonna con su tercer álbum, True Blue. Después de Rubber Soul los Beatles sacan Revolver, revolucionando todo lo que hubiesen hecho jamás (en mi opión, también el pop mundial). Este es el caso del disco que le sigue a True Blue, Like A Prayer, en donde Madonna dejaba en claro que no le interesaba hacer música y punto, sino marcar tendencias y dejar influencias tanto en la música como en las opiniones sobre distintas temáticas (la sexualidad, la religión y el amor). Luego, los Beatles sacan Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, el disco más revolucionario de muchísimas décadas rompiendo cualquier esquema que se pudo haber imaginado. Madonna lanza Erotica, generando controversias hasta en las esferas más altas de la opinión pública como el Vaticano (no por única vez). Allí Madonna trata de develar que lo que la cultura occidental (sobre todo yanqui) más reprime, es lo que más consume: el sexo.
Abbey Road es el punto más alto de la carrera de los Beatles más allá de la aparición de Let It Be post separación. Madonna también tuvo sus picos más altos: Ray Of Light, Music y COnfessions On A Dancefloor en donde ratificó su sello.
Cómo hizo esto: Madonna nunca se encasilló en un género. Hemos podido evidenciar eso con la producción de discos como Erotica, el ecléctico Bedtime Stories y el conjunto Ray Of Light/Music, sin contar Confessions o detalles de sus otros discos, como la mezcla acústico electrónica de American Life. Sus discos jamás sonaron igual. Siempre escribió sus letras, estuvo envuelta en la producción de sus discos con menos participación en sus comienzos que al final (más allá de que Hard Candy queda posicionado como un disco ajeno, fue ella quien controló todo lo que fue elaborado para ese álbum).
A partir de Like A Prayer (aunque algo había sucedido con el lanzamiento de Like A Virgin) cada vez que lanza un disco genera expectativas a nivel musical con respecto a qué ritmo va a predominar, qué tema va a ser el que se cuele en la opinión pública y qué estrategia comercial lo acompañará. Todo esto, proveniente de su cabeza. De su experiencia. De lo que logró desde su llegada a Nueva York con U$S 30 en su bolsillo hasta los U$S 490.000.000 que posee hoy. Su fracaso en las relaciones con hombres, su incursión en la bisexualidad, sus hijos, su ideología, sus estrategias en el mundo musical y en la praxis que le toca aplicar. Madonna no puede ser tenida en cuanta sólo por sus polémicas, ni sólo por la calidad de su propuesta de entretenimiento, ni por los avances o retrocesos de su música (de la cual no cabe duda de que ha hecho un espacio de encuentro consigo misma).

Espero que se hayan dado cuenta de que "entretener" es sólo una parte y no menor, para nada, de la maquinaria y de la persona que lleva a cabo su proyecto: Madonna. Ella es un proyecto en sí misma y hoy por hoy, con cincuenta años ya, no nos deja de invitar a su cataris. Tal vez de ahí el título de su disco más alto, Confessions On A Dancefloor. Nos hace bailar, que es lo que más la identifica en el grado presencial (su cuerpo como un hecho) pero a la vez siempre integrado de su expresión, sus ideas, su relato, otra vez, su cuerpo pero hecho canción.

martes, 12 de mayo de 2009

Confesiones de una diva


En el repaso anterior, pudimos pensar como conclusión que a pesar del "fracaso comercial" que le supuso a Madonna la estrategia de difusión de American Life el disco en sí no fue tal fiasco para su postura polìitca y generar un respeto en algunos círculo ligados más a las tendencias ideológicas dentro de la música. Pero en el año 2004, habiendo ganado mucho respeto en ese aspecto, Madonna se dedicó de lleno a volver a su lugar de diva del pop.
Por ello, comienzo este post planteando una hipótesis: Confessions On A Dancefloor marca el punto más alto de la carrera de Madonna. Tan es así que podría haberse retirado de la vida pública con esta profesión después del tour que la llevó a presentarlo por muchísimos países del mundo.
Tanto el disco como el Confessions Tour (del cual también salió un disco en vivo) son dos piezas únicas e irrepetibles de la capacidad de esta cantante. Ya sea en cuanto a lo compositivo como a la producción de un espectáculo, lo que Confessions significó podría haber mantenido a Madonna mucho más alto de lo que quedó luego de lo que es hoy su último trabajo: Hard Candy. Un disco hecho por otros artistas y Madonna. Sin su marca personal, cuando una de las muletillas de cada repaso que hicimos fue que todos sus discos reflejaban aspectos muy profundos de sus convicciones o de su vida.
Confessions On A Dancefloor, en oposición a todo lo que venía haciendo Madonna hasta ahora, no es un disco temático, sino retórico. No son los temas que tratan las canciones lo que hacen al concepto general, sino el concepto del género musical: la música dance. Este álbum es un homenaje a la música disco (madre de todo lo electrónico) además de consolidar la música electrónica como el género al que Madonna quería pertenecer por lo menos por un rato. Si bien Ray Of Light fue el precursor de esta tendencia en ella seguido por Music, ambos simplemente coqueteaban -uno en mayor medida que el otro- con los ritmos tecno, trance o house, mientras que Confession es, claramente, un disco compuesto por esos géneros.
No tiene mucho sentido pararse tema por tema a analizar la temática o el género por lo enunciado más arriba, sin embargo se puede hacer una referencia a los “apartados” de este disco. No hay separación entre track y track. El sonido logra ser un todo a pesar de también, poder escuchar cada canción por separado. Es más, al no ser un formato común en su obra, muchos de sus seguidores no encontraban la dinámica en este disco: cuando se lo escuchaba completo sonaba reiterativo, sin embargo los temas sueltos, no nos permitían dejar de bailar. Como ya había sucedido con discos en los que Madonna hacía un giro fuerte en su musicalidad (Erotica o Bedtime Stories).

Get Together conecta a Madonna con su público en el segundo tema del show

No sólo se trataba de un disco conceptual musicalmente hablando sino también en relación a lo visual. Los videos tienen ciertas improntas contradictorias pero que conjugadas tienen mucho sentido: futuristas/retro. De la mano de estas improntas, la gira que acompañó su presentación es uno de los shows más impactantes que se pueda ver. Por más de que artísticamente el Drowned World Tour o el Girlie Show nos atraigan más, el Confessions Tour tiene un despliegue escénico, coreográfico, de vestuario, de efectos que impactan hasta al más reacio al trabajo de Madonna. Todos los temas son reversionados con el mejor gusto y con una calidad suprema. El espectáculo repasa el repertorio de Madonna desde el primer disco hasta este último trabajo organizańdolo en cuatro bloques: ecuestre, espiritual, punk, glam y rock y el bloque disco.

Vale la pena ver la performance de Madonna en temas como Like It Or Not o Let It Will Be en donde parece poseída y canta sin ocultar el agitamiento en su voz.

Comentemos un poco de algunos temas del disco: Hung Up usa la base de Gimme, Gimme, Gimme uno de los hits de ABBA. Sorry tiene una letra y una melodía que nunca se va de nuestras cabezas. Get Together es una de las canciones más interesantes de Madonna, que a pesar de estar hecha al estilo dance se puede reversionar tanto en forma acústica como en rock. I Love New York es una declaración de amor a esa ciudad con un fondo rock punk muy interesante. Jump es uno de los temas más fuertes del disco con un video en donde se puede ver las acrobacias más arriesgadas que son llevadas al escenario del Confessions Tour.

La versión en vivo de Sorry tiene la fuerza de una banda de heavy metal. En otra parte del show se repite el tema pero en un video editando la canción para el lado del enfrentamiento político con el presidente Bush.

La representación de temas viejos como Live To Tell, Lucky Star, Substitute For Love, La Isla Bonita o la versión remixada de Music con Disco Inferno le suman a la presentación de su último tour hasta aquel momento un nivel de versatilidad y calidad performativa imposibles de perder de vista. Sin embargo, el concepto de este período de Madonna es tan visual que no queda más que conseguir el DVD y vivir la experiencia de la Confesión.

Una versión con muchísima fuerza de La Isla Bonita

Es llamativo que Madonna logre su punto más alto cuando no hace referencia directa a su vida para la elaboración de este disco. Por otro lado, no es casualidad que sea a través de la “confesión” que Madonna llega a esta instancia. Muchas de sus canciones que más marcaron su carrera o de mayor imbrincación con su vida son a modo de confesión: Live To Tell, Secret, Human Nature, Substitute For Love, What It Feels Like For a Girl.

Live To Tell conmueve a la gente cuando se lo dedica a los niños que mueren de SIDA en el contienente africano.

Se podría pensar que todo lo que fue develándonos durante su carrera fue para llegar hasta esta etapa en la que ya no hace tantas autorreferencias sino que deja lugar a otros artistas para que experimenten con su sello personal. Desde los ochentas hasta el día de hoy, Madonna siempre estuvo vigente. Y con Confessions… pareciera también estar presente desde una década antes, la del 70. Así se construye como un ícono que pueda aparecer en la década del 70, en la de los 80, 90 y en la actualidad. El Período “Confessions...” no hace más que darle ese carácter a su música. Una impronta atemporal, que encaja perfectamente en cualquier momento relacionado con el baile pero no banalmente, sino, más bien, todo lo contrario: como una práctica -entendida como el cuerpo que encarna la experiencia- en la que se conjuga la conexión entre la experiencia musical, la artística, la visual, la estética y la espiritual.