martes, 18 de agosto de 2009

República Cromañón



No voy a relatar lo sucedido. Ya todos estamos al tanto. Ni hace falta que nombre el lugar luego de titular este post como lo he hecho. Perdón aquél que lea esta nota y no sepa bien de qué hablo; de lo que sucedió el 30 de diciembre de 2004, pero debieran.
Una sola imagen propia queda prendida en mi mente: una amiga, mi ex novio y yo en un bondi que se desviaba de su recorrido habitual ya que el tránsito de Avenida Pueyrredón había sido desplazado. Algo había sucedido y a esa altura, no tenía idea nadie de qué era lo que pasaba. Esa no es tanto la imagen que queda en mi mente. Sino la frase que escuché en un primer momento: “Se incendió una bailanta” - dijo alguien medio aliviado. Y esa frase fue tan representativa de la mentalidad media de esta sociedad: “los negros siempre haciendo cagadas”. “Es una bailanta. Qué personas de valor puede haber”.
Esa noche me fui a dormir como cualquier noche. No dimensionaba para nada lo que había sucedido. Y me hago cargo de que cuando dijeron lo de la bailanta pensé que era un caso más. Que sólo el edificio estaría estropeado y algún que otro herido. Cuando sucedió lo de Kheyvis en San Isidro yo tenía once años. Mucho no recordaba, pero sí recuerdo angustia. Mucha. En Cromañón eso se multiplicó por doce (en San Isidro murieron 17 personas, en el boliche de Once, 194). En este caso se movió toda una estructura del poder ejecutivo, en este caso se cuestionó la responsabilidad de la sociedad y la ética empresarial; en mi opinión no lo suficiente. Tanto el poder político como la lógica empresarial siguen siendo los dos principales culpables de este nefasto episodio, pero las responsabilidades se dispersaron desde aquel que prendió la bengala, pasando por la banda que estaba muy al tanto de la organización de sus eventos, el personal de seguridad, aquellos espectadores que concurrieron a República de Cromanón con niños, etc., etc. Sin embargo hay algo muy importante que debemos tener en cuenta, el Estado no estuvo presente ni antes del hecho, ni durante, ni después. Y cuando digo “antes” no me refiero sólo a controlar (me parece bastante neoliberal asignar al Estado el rol de vigilante por sobre muchos otros). El Estado presente en la educación, en la salud, en la cultura, en su rol de contralor, arma del desarrollo social es el puntapié para la vida comunitaria. En el caso como el de nuestro país, de tanta extensión territorial y social, esto es muy complicado. Es un país de una gran marginación y de mucha concentración del poder más reaccionario en muy pocas y erradas manos. Por esto la ley de comunas podría haber evitado este y tantos otros episodios si hubiese tenido el apoyo político y del sector económico correspondiente en su momento (durante la primera gestión de Aníbal Ibarra 1999-2003). Ya todos sabemos que Ibarra se ocupó más de lucir como una figura fuerte él y sólo él para ganarle a su rival en la re-elección, Mauricio Macri. Y nos da mucha bronca a quienes lo apoyamos en esa elección a pesar de las críticas que le hemos hecho siempre. Porque haber ganado esa vez en la capital era una gran oportunidad. La popularidad del, por entonces Presidente, Néstor Kirchner, era alta; y un cuadro como el del ex fiscal en la capital podría haber cambiado mucho el panorama. Pero no duró nada. Al año de la segunda gestión, sucede Cromañón, que claro que le podría haber sucedido a cualquiera si hablamos de la responsabilidad de la sociedad, pero no si hablamos de los culpables. En el juicio sólo aparecen como representantes del poder político la ex secretaria de Control Comunal del gobierno porteño Fabiana Fiszbin y otros dos ex funcionarios del gobierno porteño Ana María Fernández y Gustavo Torres. No digo que Ibarra tendría que estar ahí, pero sí que no está siendo bien llevado a cabo este proceso.

Es muy difícil tener una conversación con alguien que tiene un familiar que falleció esa noche (la mayoría chicos), o que sobrevivió. Yo estaba mucho más segura de la responsabilidad del Jefe de Gobierno en aquel momento. Cuando tuve la oportunidad de hablar largo y tendido con un familiar, mi mirada se expandió y mucho. Esa noche no sólo murieron 194 personas. Esa noche se sacó una fotografía de la sociedad en la que vivimos, de muchas sociedades en las que vivimos. Luego de Cromañón mucha gente fue pronosticada de cáncer y otras enfermedades terminales o crónicas, otros chicos se suicidaron y según familiares, hay chicos que no han sido registrados. Muchas historias clínicas desaparecieron. No estoy poniéndome del lado de los familiares ni del lado del gobierno que estaba en aquel momento porque no creo que haya sido EL ÚNICO Y TOTAL CULPABLE PENAL DEL ACONTECIMIENTO. También creo que los manejos mediáticos y políticos, sobre todo de la asquerosa y repulsiva oposición en aquel entonces fue deplorable, patético, mezquino y totalmente siniestro. Estoy segura de que Mauricio Macri y Jorge Tellerman, esbozaron alguna sonrisita macabra cuando vieron lo que se avecinaba. Y claro, Omar Chabán, que por más de que no haya sido con dolo, es culpable sin dudas de por lo menos, de no proporcionar un ambiente seguro para sus clientes. Sólo lucrar. Toda esta descripción creo que nos hace retratar la verdadera República de Cromañón.

2 comentarios:

La niña santa dijo...

Me gustó mucho tu "descargo", tu opinión. El otro día estaba hablando con unos amigos sobre este tema, ahora que se viene la lectura de la sentencia está más en boga que tiempo atrás, durante todo el juicio. La cosa es que yo creo que Aníbal Ibarra ya pagó por esto, de hecho fue la primer cabeza que rodó, aunque a mi entender no tenga que ser la única (del lado del gobierno de la ciudad de ese entonces) Y sí, Tellerman y Macri sonrieron, seguro. Ibarra hoy es un muerto político en vida, y si bien el juicio político que le hicieron y que lo desterró del cargo que ocupaba ya es una mancha importante en su CV, creo que tb tendría que estar inhabilitado para competir en elecciones. Que siga intentando volver me parece injusto, aunque los votos no lo acompañen. Pero tampoco hago recaer toda la responsabilidad sobre su persona, porque los que entienden la política saben que a un jefe de gobierno o de Estado Nacional siempre hay cosas que se le escapan. Digamos, tienen la potestad para asignar colaboradores que a su vez asignen colaboradores y etc., pero de los más cercanos a los más ignotos hay toda una línea vertical de responsabilidades que es lógico que una sola persona no pueda controlarla de cabo a rabo. Por eso creo que otros dentro del gobierno de Ibarra también tendrían que ser enjuiciados y castigados. Veremos qué dice la sentencia esta tarde.
Por otro lado, quisiera remarcarte que se te olvida una pata muy importante de esta historia y que para mí hoy por hoy es la que más "vergüenza" me da, es decir, si hablamos de representación del la clase media argentina y porteña, creo que Callejeros con su actitud pre pero por sobre todo post Cromañón, son la expresión más cabal de ese imaginario tan miserable y berreta (o es con V?). Es increíble lo que lucraron y siguen lucrando estos muchachos con la tragedia, cómo se levantaron como la banda perseguida por la justicia cuando ellos encarnan el rock y el espíritu libre, cómo siguieron sacando discos y presentándose en recitales siempre (oh casualidad) cuando algún hecho puntual del juicio los ponía de nuevo en la tapa de todos los diarios (de hecho esta semana, cuando se supo que el jueves era el día de la lectura de la sentencia, quisieron tocar en CBA creo, y la justicia no lo permitió, pero esta banda no tiene límites)
Si por curiosidad algún día se te ocurre leer las letras de Disco Es Cultura, el disco que sacó Callejeros post tragedia y que lo cobraban cerca de 50 pesos -años atrás era muchísimo dinero para un CD- vas a poder apreciar el sinismo que tienen estos chicos, que siguen lucrando con el dolor de los sobrevivientes y los familiares de las víctimas, que siguen vendiendo promesas de humo a los jóvenes, instándolos a prender bengalas y quemarse en sueños.
Espero que también se los responsabilice y dejen de apuntar solamente contra Chabán.

Sil dijo...

Muy bueno todo lo detallado, me siento identificada con tu descargo, pense que yo estaba equivocada, pero veo que hay gente que opina casi lo mismo que yo.
Todo lo expuesto tiene que ver con lo que somos en tanto comunidad, en tanto valor humano.
Pero ademas de ello me prece injusto que la banda no tenga culpa alguna. Pues las bandas que tocaban en los lugares de Chaban siempre estaban al tanto de como eran los lugares, pero alla ellos con su conciencia.
Dijeron por ahi,algo asi como "mira si vamos a tocar a proposito en un lugar asi, eso seria haber querido matar a nuestros familiares" Yo le respondo que uno nunca sabe lo que le depara el destino y de irresponsabilidades estamos llenos.