sábado, 22 de diciembre de 2012

Al infierno con Madonna

Estoy pensando mucho el tema del pop. De su importancia en la industria cultural. Su relación con el marketing. Esa idea de que cualquier banda de rock o del género que sea que empieza a marketinizarse un poco, "se popiza". A Kiss se los tilda de eso por ejemplo en el mundo del heavy, y lo mismo le paso a Metallica cuando entraron en esa lógica más masiva hacia mitad de los noventas. Los shows de estadio son el lugar más perfecto para que la música (lo sonoro) se acople a lo visual, al deslumbre, al espectáculo. Como tratando de sacar el foco al oído para que los ojos (el sentido más desarrollado en occidente) pasen a ser los que definan si algo nos gusta, es disfrutable, o no. Madonna lee todo eso a la perfección ¿Por qué digo esto cuando tanta gente dice que ya fue? Sus dos últimos discos son de mediocres a malos, tal vez no a nivel producción de la maquinaria pop, justamente. Pero dejó de lado eso tan único de Madonna que era reinterpretar su vida personal y traducirlo en melodías pop completas, íntegras, familiares pero que si tenían que virar hacia algo intenso y complejo como en Erotica o Ray Of Light lo hacía. O bien como con American Life en donde la lógica marketinera quedó de lado para que la controversia fuera la que la pusiera en el foco y la política se adueñó de la impronta del disco con el trasfondo de la ocupación a Irak. De distintas formas, Madonna lo sabe hacer. Entonces, con este último disco, el peor en ventas de su carrera (Madonna no sabe leer las nuevas tecnologías como sí lo hizo Lady Gaga), Madonna deja de lado lo sonoro (aunque no tanto) para que la transposición en el escenario, en el "vivo" (se podría cuestionar si la voz en un disco no es algo vivo) sea arrolladora con la música como clave para que la obra sea un todo. Temas que en el disco suenan como la nada misma, encadenados en una trama se transforman en una muy buena ópera rock. Astucia, como siempre. Madonna. Esta introducción es clave para poder encarar el repaso de las últimas presentaciones de Madonna en Buenos Aires los días 13 y 15 de diciembre. En el caso de quien escribe, el 13. Dejando de lado la queja común por su hora y media de retraso por la fiebre,el show fue arrolador, agresivo y entretenido. Justamente porque esa gripe la humanizó muchísimo y a su vez, no le impidió moverse, contorsionarse e incluso cantar en vivo (evidenciando el malestar de su garganta y olvidándose las letras). El show se estructura en cuatro ejes temáticos "Transgression", "Prophecy", "Masculine / Femenine" y "Celebration". Acá paso a citar fuentes: Revista Rolling Stone Digital 14/12: "Una mezcla de canto gregoriano y plegarias en hebreo y vasco sirven como punto de largada, mientras un grupo de monjes hace pendular un enorme incensario y en las pantallas de fondo se materializa una catedral, imagen que se hace añicos literalmente cuando el estribillo de "Girl Gone Wild" estalla a volumen 11 en el Monumental. Tras elevarse a sí misma como deidad poliétnica, Madonna toma las armas (también literalmente) en "Revolver" y "Gang Bang" para acribillar a todo su cuerpo de baile, para luego entregarse a una pelea cuerpo a cuerpo con su pareja, el bailarín Brahim Zaibat." Toda esa puesta en escena, probablemente sea la más oscura que Madonna jamás haya montado. El bloque "La Huida de la Geisha" del Drowned World Tour tenía unas marcas similares pero no tanto. Nunca se la vio fusilar a tantos personajes en escena, hacerle "Fuck You" a la cruz para, acto seguido, arder en el infierno. Al terminar este bloque, comienza un set un poco más alegre con Express Yourself a la cabeza. Madonna vestida al estilo porrista (como en el video de Give Me All Your Luvin') entremezcla su hit del disco Like a Prayer con Born This Way de Lady Gaga evidenciando el plagio. “Empezó a vestirse como yo y a hablar como yo, ¡me desencajó!”, canta la mayor al final de esa demostración y como parte del ligado “She’s Not Me”, aunque también como declaración. Una de las partes más interesantes fue la tranformación que le asignó Madonna a su clasiquísimo y hermoso "Open Your Heart" del disco True Blue de 1986. Junto al trío vasco Kalakan y un segmento instrumental ampliado. Luego de explicar que la tardanza del show se debió a su fiebre y pedir que la ayudaran a cantar porque se olvida las letras, entonó Masterpiece, la balada escrita para su última película como directora W.E. Introduce la canción diciendo que el mejor amor es aquel en el cual no hay expectativas. Que sabe que es muy difícil pero que hay que tratar de enfocarse en ello. La interpretación, a pesar de sus problemas en la voz, como siempre, es sentida y creíble. Eso es lo que siempre debe remarcarse de Madonna. En su voz siempre hay credibilidad. Al final del último verso ("Nothing's indestructible") se le vieron lágrimas en los ojos. Así cierra este acto segundo del concierto, que lleva el título “Profecía”. El siguiente es el momento (como en todos sus shows) en donde reina el buen gusto. Aquí incluye un video con nueva versión de Justify My Love, Vogue y logra una excelente versión de “Candy Shop” de su anteúltimo disco con el cual vino a la Argentina, Hard Candy. Allí samplea el estribillo de esa obra perfecta que es Erotica para hacer el Erotic Candy Shop. Este es el bloque “Masculino/Femenino”. En “Human Nature” Madonna justamente intenta develar la opresión sobre las mujeres a referirse a lo público e incluso de hacer pública la sexualidad (siempre permitido para los hombres). De pantalón de vestir de cintura alta, camisa y corbata, concluye diciendo que "las mujeres no somos sus putas y no nos tiren sus mierdas". Así dedica el siguiente tema a todas las mujeres que se impusieron y expresaron sus ideas ante un mundo machista. "Es jodido cantar cuando tenés el corazón roto, pero más con el zapato roto” Madonna se queda mostrando el culo en bombachón y medias, con un tatuaje que dice “Eva” en la espalda entona "Don't Cry For Me Argentina", otra vez con lágrimas en los ojos. “Love Spent” cierra el bloque. El tema habla de un hombre que vive de su mujer y sólo busca su dinero. La interpretación es fuerte: mientras le llueven billetes por alrededor, Madonna es sometida con una correa que ajusta y ajusta su corset por un bailarín. Ella termina dejándole todo el dinero al hombre y se marcha. Sorpresivamente faltaron dos himnos de Madonna de los útlimos años. Ray Of Light y Music, ambos temas dan título a dos de sus trabajos más intensos, personales y reconocidos por la crítica. EL bloque de Celebration no tuvo a Holiday como en casi todos sus conciertos e incluyó I'm Addicted y I'm A Sinner de MDNA. El bloque final busca que todos terminen bien arriba. Incluso Madonna a pesar de su fiebre, alzada por sus bailarines. Madonna declaró una vez que lo que más rescata del mundo del Rock & Roll fue haberlo sobrevivido. Debemos ser sinceros y agregar que le encontró la lógica a la industria musical desde todos sus frentes aunque hoy no logra ser una artista masiva en lo que es su producción musical en sí. Aún así no puede dejar de reconocérsele que es un puente entre dos eras: 80/90 y los 2000. El espectáculo es monumental, toda esta última galería de canciones da cuenta de que Louise Veronica Ciccone ha pasado largo tiempo a la defensiva, explicando las decisiones como una loba feroz que, sin embargo, no termina de ajusticiar a nadie. Creo que ya es hora de que deje la parafernalia de los shows que sabemos que puede montar y puede dedicarse a lograr cosas como estas. Madonna interpreta en una versión acústica perfecta Little Star de su disco de 1998, Ray OF Light. Esta canción es para su primera hija Lourdes.