jueves, 22 de noviembre de 2012

Soul: alma

Probablemente mi género de música preferido ¿Será que se la nombró así por ser una música ligada con lo espiritual, con el gospel? ¿o es que lo que genera es tan contagioso y conmovedor que tiene que salir del alma? El huevo y la gallina, ¿no? Siempre dije que a Buenos Aires le falta soul (en todo sentido...) Pero cuando las bandas de este género visitan la ciudad dejan una huella imborrable. Pasó con James Brown (con su funk soulero), pasó con Simply Red y esta vez, con Joss Stone. Algo en su carita de ángel hizo que nunca pudiera sentirme muy identificada con su figura. Sin embargo, a la hora de interpretar, una y otra vez, me hizo probar que estaba equivocada. Mientras muchos idolatran a Adele (a quien la autora de este post admira muchísimo) Joss tiene algo que Adele no: rock y soul del bueno. A Stone (que no es de piedra, como dice en su canción Right to be wrong) le gusta que sus conciertos y sus discos transpiren soul por todos lados. Como dijo durante el concierto: le gustan que sus días tengan soul, su comida tenga soul y su vida tenga soul. El concierto que dio el 22 de noviembre en el estadio Luna Park no tuvo ni un minuto de pop (aunque en algunos de sus discos, sobretodo el segundo se pueda encontrar una estructura un poco más popeada en las canciones). La chica de apenas 25 años, comenzó su carrera de difusión masiva allá por 2002 con sólo 15 años. Grabó un disco en donde hacía covers desde los White Stripes a Aretha Franklin. Uno podía pensar que de ahí podía disparar a ser una Britney cualquiera. Pero no, a Joss le gusta el soul. Y aunque suene reiterativo en esta nota, se repetirá una y otra vez porque lo que quiso demostrarnos es eso. Que todo lo que toca tiene que tener alma y si no la tiene, ella se la dará. Descontracturada en sus movimientos en el escenario, juega con sus músicos, con el público, se ríe, se tienta, disfruta cada melodía como si fuera de su banda sola. Allí puede verse una gran diferencia con Adele. Su similitud a la forma de interpretar con la de Janis Joplin es muy evidente, casi como estar en un concierto en la década del 70. La banda es precisa y consistente pero no suena empaquetada e híper prolija como la de Adele. Es una banda de rock. Joss Stone fue la primera chica joven en traer el soul a públicos de estas época post Spice Girls y pre "Disney bands". Luego vendría Amy Winehouse quien es la única que le podía disputar ese lugar. Entre ellas pasó Duffy quien no logró pegar tan fuerte. Todos sabemos que si Amy hubiese estado viva, Adele, probablemente, no hubiese tenido la repercusión que tuvo. En definitiva, la presentación de Stone en Buenos Aires dejó un concierto en donde sólo hubo un sólo tema más melódico. Pero el sonido R&B del teclado no pasó nunca desapercibido y las voces de los coristas eran dignos de la época de Motown. Cualquier duda que podía tener de la capacidad de esta niña, han sido tiradas por la borda. Y queremos más soul, en nuestros días, en nuestra comida y en esta ciudad.