jueves, 24 de enero de 2008

Seguro de Muerte

Dedicado a Pau. De su experiencia personal:

Encima de todas las tarjetas que me dan para presentarme como parte de este mundo, hoy me ofrecieron otra tarjeta. Una nueva tarjeta de crédito que se me entrega por ser parte del sistema laboral argentino. Pero, claro, en una Multinacional y una marca de tarjeta INTERNACIONAL. De nacional, ni hablemos.
La acepto con un alto grado de resignación. (Aunque no quiera presentarme, las tarjetas, hoy por hoy, hablan por mí: tarjetas para trabajar, tarjetas para entrar al gimnasio, tarjetas para ir al médico, tarjetas para ir a bailar, tarjetas, tarjetas, etc.).
Sin más rodeos, el lunes me llaman de "la tarjeta nueva":

-Sí, buenos días. Me presento: mi nombre es Ezequiel. Llamo para ofrecerle un servicio que le prestará la nueva tarjeta a la que ha accedido por medio de su empresa multinacional.
-Aaaa, sí... emmm
-La propuesta que le ofrecemos es muy necesaria en estos momentos y la hará sentir más segura en su vida.
-....
-Hola?
-Hola, hola!
-Perdón, sigo: resulta que con las olas de secuestros, robos, accidentes y "siniestros" los bancos adheridos a esta tarjeta se han puesto de acuerdo en sacar un nuevo seguro de vida.
-Aaaaa, pero yo ya tengo por el trabajo. No necesito. Gracias.
-No, no. Este seguro es un seguro de vida ante casos de siniestros.
-Podés ser más explícito? Ante casos de incendios?
-No, no, en caso de que la asalten y haya situaciones de gravedad.
-Eeee? qué me querés decir?
-En caso de un accidente fatal.
-O sea, en caso de que me maten?
-Y, sí.
-O sea que voy a sacar un seguro por si me matan?
-Claro.
-Pero digo yo... no sería un poco morboso que saque el seguro por eso. O sea, a uds. no les conviene que me maten para seguir pagándoles y para que no me tengan que pagar...
-Claro, por eso, lo que hace nuestra empresa, es darle un servicio gratuito y las 24 hs de un patovica que entrena dos veces por día.
-Qué??? Y mientras entrena quién me cuida?
-Con la firma de contrato se le regala un gorro de playa con un radar satelital por el cual uds. será monitoreada las 24 hs los 365 días del año.
-Perdón, pero eso más que un seguro de vida, es un seguro de muerte!!!!
-Pero no se lo tome así, señora.
-Mejor dejémoslo ahí, pero no. No estoy interesada.
-Pero mire que si lo acepta en el término de 24 hs le regalamos un spray "ciega ladrones".
-No, gracias y hasta luego.

La moraleja de esta historia es que nunca vas a sentirte más inseguro que cuando tenés un patovica que entrena dos veces por día y te monitorean las 24 hs los 365 días del año. La concepción de la vida y la muerte es manejada de las maneras más "siniestras". Como si muchos quisieran sacar provecho de nuestra muerte (o de nuestra vida). A parte, seguro de vida??? justamento lo único seguro cuando sacamos uno es que nos vamos a morir...

viernes, 11 de enero de 2008

Volver al Pasado

El rito de ver películas. Hay quienes odian el DVD porque ha terminado con la cita a ciegas con la pantalla grande. Quienes están a favor del home video por su precio más económico (o ínfimo a la hora de hacer copias en una pc). Y están los dos bandos más polémicos del contingente cinéfilo: los que ven una película trescientas veces, y los que creen que como es una obra de arte, también merece la experiencia única de su exhibición y única vista.
Yo estoy en el medio. Hay muy pocas películas que he visto más de 3 veces. Me pasa como con los libros, no concibo leerlos más de una vez. Pero dentro de esas películas que he visto más de tres veces hay una que la he visto la módica cifra de 16 veces. Esa es la maravillosa historia de la Familia McFly: Volver al Futuro Parte 1.
No voy a dedicarme a contar de qué trata la película ni mucho menos, si no a halagar tres puntos que hacen que para mí, esta sea una de las películas más redondas de la historia.
Primero: los constantes guiños a la historia de la misma familia, hacen que la historia nos atrape cada vez que la vemos, porque vamos descubriendo nuevas mañas de los integrantes.
Segundo: los personajes y las actuaciones. La jovialidad y frescura de Michael J. Fox. La demencia de Christopher Lloyd haciendo del Doc Emmet Brown. Las actuaciones de Lea Thompson haciendo de su madre joven e ingenua queriendo salir de su vida de niña dulce y educada pero manteniéndose firme antes los acosos de Biff, el odiable matoncito que interpreta tan oscamente (como debe ser) Thomas Wilson. Pero la perla de las actuaciones se la lleva Jeffrey Weissman interpretando al torpe George McFly. Sin dudas, el personaje mejor logrado de la triología, con mayor protagonismo en la primera parte.
Tercero: hay dos escenas que son inolvidables, una por su interpretación, y la otra por el suspenso creado (más allá de que la película no pierde tensión en sus 108 minutos de duración). a) Biff encierra a Marty en el baúl de la banda que toca en el baile de la escuela en el cual, los padres de Marty, debían enamorarse, o él y sus hermanos, jamás habrían nacido. Al abrir el baúl, cuyas llaves quedaron adentro, el guitarrista de la banda se lastima la mano y el casi héroe de la película se presta a reemplazarlo, imporvisando una versión descabellada de Johnny B. Good. Resulta que el guitarrista de la banda resultó ser el primo de Chuck Berry y en ese momento le hace un llamado para que escuche ese nuevo ritmo. Toda esa historia para explicar, cómo se creo el tema. Y Michael Fox hace de ese escenario un estadio y se luce como si fuera Angus Young. Sin dudas, uno de los mejores momentos de la triología.
b) A las 23.04 (perdonen si no es exacta la hora), caería el rayo en el reloj de la torre que haría que Marty vuelva a su 1985. Ante los incidentes quedan con el tiempo justo. Y en el momento en que tenían que largar con el experimento, al Doc, se le desenchufa toda la instalación eléctrica. Los 3 minutos que dura la escena se hacen eternos. Y es un hecho que las 16 veces que vi la película, siento la misma tensión cuando esto sucede y el mismo alivio y felicidad cuando Marty logra partir.
Por estas razones creo que aquella triología del año 85; 87 y 90 es sin dudas una de las mejores películas que Hollywood jamás diera.

martes, 8 de enero de 2008

Suicidio Urbano

Irse. La solución es irse: a la pileta, al mar, a la sierra, a cualquier otra ciudad que no tenga este ritmo. Irse. Porque el calor en Buenos Aires se potencia. Porque la gente de Buenos Aires, hierve, fríe y hasta cauteriza heridas.
El mes de diciembre fue benevolente con nosotros, hasta que nos tocó despedir el año y Don Clima dijo: "¿Con que fui bueno?". Y esa noche a las 22.00 hs hacía 30º en todos los jardines de Buenos Aires en donde uno brindaba y brindaba, como buscando refugio en un líquido que a los 2 segundos, se evaporaba.
Hielos deslizándose por las espaldas y nucas de hombres y mujeres. Aires acondicionados que se convierten en nuestros únicos salvavidas, y el que no lo tiene... a la fuente!
Hace dos semanas aproximadamente que vivimos con temperaturas que no bajan de los 36º y se mantiene una sensación térmica (????????) de 40º. Suicidio seguro para quien quiera acabar con su vida sana.
Buenos Aires siempre es malo en verano. Siempre nos fulmina. Siempre duelen más los bocinazos, los apretones en el subte, los sofocones en las esquinas. Y este verano, es más que evidente, que va a estar muy malo Buenos Aires.

viernes, 4 de enero de 2008

Lágrimas de Cocodrilo

Es duro ver a un hombre llorar. La sociedad nos prepara para que sea duro ver a un hombre llorar. Porque el hombre es duro. Es musculoso, tiene fuerza, es de acero, de roble. No siente, no demuestra sensibilidad. No le funcionan los sentidos. No huele, no escucha, no ve. Porque no le interesa. Porque el hombre es más básico. No tiene vueltas.
Aclaración: Todo eso fue ironía.
El fin de año los halló en la casa de su amigo de la Universidad que hoy espera que el cáncer termine de apoderarse de él. El primero en llegar a su casa, armó todo el juego de luces y sonido que, históricamente le correspondía armar al dueño de casa. El segundo, coordinó el tema de las bebidas y de acomodar el mobiliario. El tercero, simplemente se dedicó a hablarle. Contarle de sus andanzas diplomáticas. El cuarto, se vino de sus vacaciones sólo para pasar el año nuevo con él y volverse a la playa.
Él se fue a dormir una hora antes de que todos nos fuéramos. Y los 4 cocodrilos subieron a despedirlo. Cada uno a su tiempo. Cuando les parecía. El cocodrilo es fuerte, pero se toma su tiempo. Al cocodrilo le caen lágrimas por su alta exposición al sol. Pero el cocodrilo no es de metal, ni de acero. Sufre y extraña y padece la cercanía del fin de algo que los unió aunque no les sea fácil demostrarlo. Y les es tan difícil, que esta vez, no pudieron dejar de llorar.